" UN PUEBLO DE MUJERES CAP. 1
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NOVELAS CORTAS
VERSOS, VERSOS EN FOTOS, POESÍA, POETRY,
EL INICIO
En el desconocido pueblo de Kerlek, en una época del pasado, como es fácil de encontrar, rápidamente observamos a la pobre chica, que va caminando lento... llena de cargas por una arenosa calle de allí cerca, Lauria, nunca sonríe, nunca llora, ella solo enfrenta su destino, día con día.
Un hombre en muy mal estado la persigue, e intenta llenarla de golpes en la calle, ella le arroja encima todo lo que encuentra, y entonces todo un ejército la persigue a ella, pues en ese pueblo, golpear a un hombre era prohibido, a menos de que fuera otro hombre.
Las lágrimas de Lauria se habían terminado secando con el tiempo, solo quedaba la ira, otras mujeres podían resignarse, pero Lauria, sabía que merecía algo más. De manera que se quedó escondida en una pequeña cueva que halló al paso, pero sabía que si estaba viva, la seguirían buscando.
¡COMIDA!
Rugió un feroz león que salió desde el fondo de la cueva…
- ¡Por favor, no me hagas nada!
Imploró la muchacha,
- ¡En estas cestas tengo mucha comida, puedes quedártela!
El león la miró extrañado…
- Nunca ningún humano me había tratado bien, tan solo me han perseguido para cazarme,
- ¡POR ESO, VOY A COMÉRMELOS A TODOS!
Yo respetaba la vida humana, y trataba de alimentarme de cualquier otra cosa,
- ¡PERO LOS MALDITOS HUMANOS, NOS DESTROZARON A MI FAMILIA Y A MÍ!
- ¡ME LOS VOY A COMER, Y VOY A EMPEZAR POR TI! Gritó el león, acorralándola, ella soltó las canastas, y comenzó a llorar…
Por favor, yo no fui quien te atacó, no me hagas daño, yo también vengo huyendo de la misma crueldad, no me hagas daño tú también…
Le imploró… el león se apartó de ella, y caminó lentamente hacia el fondo de la cueva, donde todo el lugar se hallaba cubierto de sangre, y estaba lleno de restos humanos, que no habrían salido vivos de tal enfrentamiento.
Dorian, que era el padre de Lauria, ayudaba a la fatal búsqueda de su hija, para participar en el castigo, pues era un infierno para él, haber tenido una hija mujer, él era uno de muchos, que se veían manchados por las habladurías del pueblo, entre los acusadores, mujeres, ancianas, que por su edad y posición social, eran las únicas que no merecían castigos. El resto de mujeres, lo veía todo, pero no decía nada, no querían verse involucradas.
La casería fue incansable, duró días, y días, pero al fin encontraron lo que tanto buscaban, las prendas de la muchacha, embarradas de sangre, y por su lado… pisadas del león que habían estado buscando desde hace mucho.
Los hombres aquellos que participaron en tal hallazgo, eran solo un grupo de tantos, que se habrían esparcido en el bosque, y fueron éstos, quienes, siguiendo las pisadas del león, finalmente se toparon con la bestia, pero éste, con una astucia que ellos no se esperaban, les había preparado una trampa, y los atrapó a todos en una enorme red.
Fue así, como los llevó a un escondite, donde nadie iba a poder encontrarlos, quería comérselos para que sufrieran, pero por bondad o por holgazanería, quiso ahorrarse semejante trámite, pues ya se había acostumbrado, a su comida habitual, aunque sabía, que un humano como ellos no merecería, ni un mínimo vestigio de bondad, pero sería grandioso el castigo, de no darles de comer por unos días.
Había dejado unas tinajas de agua muy cerca, de las cuales, fácilmente, estirando la mano, alguno de ellos podría alcanzar una poca. Dorian seguía en otro grupo, y por más que buscaban, no encontraba pista alguna.
Pero no todos los hombres de la ciudad se hallaban en la búsqueda de aquella desdichada, pues los más pudientes empresarios y mandatarios, sostenían en ese momento, una de sus habituales reuniones.
- ¡no, señores, no podemos hacerlo así, los pueblos aledaños, que no están de acuerdo con nuestra filosofía, nos declararían la guerra si lo hiciéramos, además, dependemos de ellos en lo económico, y podrían haber problemas!... - dijo el que parecía el segundo al mando-.
- ¡debemos proponer una estrategia, que no pueda crear sospechas! – dijo otro, que parecía tener miedo-.
- Yo propongo que sigamos con el plan anterior, que poco a poco dará resultados – dijo uno que se hallaba escondido tras el montón -.
No nos sirve de nada hacernos los tontos, éste es un problema que nos ha aquejado toda la vida, es un gasto innecesario, nada productivo, y no lo ha sido en ningún momento. – dijo el Alcalde, que presidía la junta -.
Continuará...